La educación superior ha sido una herramienta poderosa para la movilidad social, económica y cultural en los países. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una disminución en la matrícula en la educación superior. Este problema ha sido un desafío para muchas instituciones educativas en todo el mundo, lo que plantea la pregunta: ¿cómo podemos abordar este problema y seguir haciendo de la educación superior la mejor herramienta para la movilidad social, económica y cultural?

Según un informe del Instituto de Estadísticas de la UNESCO, en el año 2019, la tasa bruta de matrícula en la educación superior a nivel mundial fue del 38%, lo que indica que solo una fracción de la población mundial tiene acceso a la educación superior. En algunos países, la tasa de matrícula en la educación terciaria es mucho más baja. Por ejemplo, en países de bajos ingresos, la tasa de matrícula es solo del 9%. Además, incluso en países donde la educación superior es más accesible, ha habido una disminución en la matrícula en los últimos años, aunque pudiera parecer lo contrario a simple vista.

La disminución en la matrícula en la educación superior se ha atribuido a varios factores. Uno de los más importantes es la brecha de competencias. Muchos estudiantes no están preparados adecuadamente para las exigencias que conllevan los estudios superiores y carecen de las habilidades necesarias para tener éxito en este nivel. Esto a menudo se debe a la falta de acceso a una educación de calidad en los niveles anteriores, lo que ha llevado a una brecha de competencias significativa.

Además de la brecha de competencias, hay otros factores que pueden estar contribuyendo a la disminución de la matrícula en la educación superior. Estos incluyen el aumento de los costos de los aranceles, la falta de diversidad en las instituciones y la falta de oportunidades de empleo para los graduados, quienes enfrentan un entorno laboral cada vez más competitivo.

Para abordar el problema de la disminución de la matrícula en la educación superior, es importante que repensemos los sistemas de admisión, tanto en estudios de pregrado, y con especial foco en educación continua. Los sistemas de admisión actuales se basan en antiguos paradigmas y no están diseñados para abordar la brecha de competencias y otros factores que están contribuyendo a la disminución de la matrícula y, por lo tanto, dejando a muchas personas fuera de las oportunidades de movilidad social y económica que esta brinda.

Una forma de abordar este problema es modernizando los sistemas de admisión y considerando la brecha de competencias existente. Esto puede incluir el uso de herramientas de evaluación más innovadoras, como las evaluaciones basadas en competencias. Estas herramientas pueden ayudar a identificar las habilidades y conocimientos que los estudiantes necesitan para tener éxito en la educación superior y pueden ayudar a los estudiantes a cerrar la brecha de habilidades.

Además de modernizar los sistemas de admisión, también es importante que consideremos la importancia de un modelo de innovación edtech de triple impacto. Este modelo se centra en el uso de tecnología para mejorar la educación y crear un impacto positivo en las instituciones, los estudiantes y los empleadores, comprendiendo la necesidad sistémica de conectar a estos tres actores de forma sincrónica, para enfrentar los desafíos de la sociedad actual.

Este modelo de innovación edtech puede incluir la implementación de herramientas de enseñanza y aprendizaje más innovadoras, como la gamificación y el aprendizaje basado en proyectos. Estas herramientas pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades prácticas y aplicables en el mundo real, lo que aumentará su empleabilidad y les dará una ventaja competitiva en el mercado laboral.

Además, el modelo de innovación edtech de triple impacto también puede ayudar a las instituciones de educación superior a mejorar la eficiencia y la efectividad en la entrega de la educación. Por ejemplo, la implementación de herramientas de inteligencia artificial y aprendizaje automático puede ayudar a las instituciones a identificar las áreas en las que los estudiantes necesitan ayuda adicional y proporcionar recursos personalizados para ayudar a los estudiantes a tener éxito.

Por último, el modelo de innovación edtech de triple impacto también puede beneficiar a los empleadores, proporcionándoles una fuerza laboral altamente calificada y capacitada en las habilidades que necesitan para prosperar en una economía global cada vez más competitiva.

Es importante destacar que este modelo de innovación edtech de triple impacto no solo beneficia a las instituciones de educación superior y a los empleadores, sino que también beneficia a los estudiantes. Al proporcionar a los estudiantes herramientas y recursos innovadores, se les brinda una experiencia de aprendizaje más atractiva y significativa que les prepara para el éxito en el mundo real.

Finalmente, no debemos olvidar que la educación superior sigue siendo la mejor herramienta de movilidad social, económica y cultural en los países, pero la disminución de la matrícula en la educación superior es un problema que necesita ser abordado. La brecha de competencias, el aumento de los costos de la educación superior y la falta de oportunidades de empleo para los graduados son algunos de los factores que contribuyen a este problema. Para abordarlo, es importante que repensemos los sistemas de admisión a la educación superior, modernizando y cambiando los antiguos paradigmas y considerando la brecha de competencias existente, con un compromiso activo de disminuirla para abrir nuevas oportunidades de bienestar y desarrollo para las personas.

También es importante la implementación de un modelo de innovación edtech de triple impacto, en el que ganen las instituciones, los estudiantes y los empleadores, permitiendo acercar a estos tres actores claves para el desarrollo de las sociedades y el bienestar de todas las personas.

Con la implementación de estas soluciones innovadoras, podemos hacer que la educación superior sea más accesible y relevante para todos los estudiantes, y así seguir siendo una herramienta poderosa para la movilidad social, económica y cultural en los países.