El mundo de la educación está repleto de sistemas de medición y reportería. De hecho, tiene tantos procesos para este fin que nadie sabe ni dónde están ni para qué sirven en detalle, o derechamente no sirven para mucho. Por eso, vale el esfuerzo preguntarnos cuál es el futuro de los reportes estudiantiles en este nuevo tiempo.

Sabemos que la tecnología ha entrado con fuerza en las más diversas áreas de la vida. Esto también tiene su correlato en el mundo de la educación.

Hay quienes piensan que este cambio se sustenta en hacer clases online o tener plataformas cloud para alojar contenidos, videos y muchos otros materiales. Pero eso era una revolución en la primera mitad de los años 90’s. Hoy es muy diferente.

Ya sea que pensemos en el mundo de la educación escolar, donde tenemos los reportes de calificaciones, comportamiento y otros registros del avance estudiantil (tanto para el alumno como para sus familias); o bien, estemos imaginando un estudiante de educación superior e incluso de postgrado, lo cierto es que los reportes son vitales… aunque solo si son bien hechos.

Contar con informes es una excelente forma de entregar retroalimentación y ayudar a la persona a que su proceso de aprendizaje tenga guía y continuidad. Pero muchas veces estos reportes entregan información poco útil o dan una visión que no ofrece caminos de mejora para los estudiantes.

Otras tantas veces, son reportes que están hechos para “cumplir con el protocolo” pero no para mejorar en el proceso de enseñanza – aprendizaje – aplicación.

Pasar de un informe manual, que toma mucho tiempo a cada profesor y que siempre está sujeto al criterio particular de éste, su tiempo y dedicación, a informes que son la misma cosa en plataformas donde el profesor lo redacta en su computador para que luego salga con una forma “más bonito”, pero en realidad siendo casi la misma cosa.

Leyendo el sitio inglés llamado “TeacherToolkit”, encontré un artículo interesante que aborda este tema, el cual me hace mucho sentido con el trabajo que hemos realizado desde hace ya varios años en HPI International, ayudando al desarrollo de sistemas de evaluación y reportes automáticos que ayudan a evitar ese trabajo tedioso a los docentes, y entregando, tanto a estudiantes como a sus familias, información que realmente sea útil.

Así, al pensar en el futuro de los reportes estudiantiles, encontramos que éstos no solamente serán automáticos en las diversas áreas, no solo las pruebas de conocimiento, sino que esencialmente las de habilidades, actitudes y otras áreas claves en el desarrollo de los estudiantes en su ejercicio cotidiano o laboral.

Junto con esto, esta reportería permite entregar retroalimentación construidas de diversas fuentes de información, permitiendo entregar una clara guía de cómo poder mejorar en aquello que hace la diferencia para el estudiante y sus objetivos.

Necesitamos que los educadores se enfoquen en hacer cada vez mejor este desafiante trabajo y apoyarnos en los nuevos desarrollos tecnológicos para que el seguimiento, los reportes y la retroalimentación sean constantes, más efectivas y personalizadas y totalmente automatizadas.

Ahora solo falta que las entidades educativas se animen a dar el paso de incorporar esta nueva tendencia para el futuro de sus reportes estudiantiles.